jueves

Piedra negra sobre una piedra blanca

Me moriré en París con aguacero,


un día del cual tengo ya el recuerdo.


Me moriré en París -y no me corro-


tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.



Jueves será, porque hoy, jueves, que proso


estos versos, los húmeros me he puesto


a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,


con todo mi camino, a verme solo.



César Vallejo ha muerto, le pegaban


todos sin que él les haga nada;


le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos


los días jueves y los huesos húmeros,


la soledad, la lluvia, los caminos...




César Vallejo

viernes

Pasa el lunes...

Pasa el lunes y pasa el martes
y pasa el miércoles y el jueves y el viernes
y el sábado y el domingo,
y otra vez el lunes y el martes
y la gotera de los días sobre la cama donde se quiere dormir,
la estúpida gota del tiempo cayendo sobre el corazón aturdido,
la vida pasando como estas palabras:lunes, martes, miércoles,
enero, febrero, diciembre, otro año, otra vida.
La vida yéndose sin sentido...

Cansancio

Cansado.
¡Sí!
Cansado
de usar un solo bazo,
dos labios,
veinte dedos,
no sé cuántas palabras,
no sé cuántos recuerdos,
grisáceos,
fragmentarios.

Cansado,
muy cansado de este frío esqueleto,
tan púdico,
tan casto,
que cuando se desnude
no sabré si es el mismo
que usé mientras vivía.

Cansado.
¡Sí!
Cansado
por carecer de antenas,
de un ojo en cada omóplato
y de una cola auténtica,
alegre,
desatada,
y no este rabo hipócrita,
degenerado,
enano.

Cansado,
sobre todo,
de estar siempre conmigo,
de hallarme cada día,
cuando termina el sueño,
allí, donde me encuentre,
con las mismas narices
y con las mismas piernas;
como si no deseara
esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
y vivir, unos meses, adentro de una piedra.



Oliverio Girondo

Volver

Volver...
Con la frente marchita,
las nieves del tiempo platearon mi sien...

Sentir...
Que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada, errante en las sombras,
te busca y te nombra...

Página 156

-Me haré a la idea de que te soñé -dijo-. Porque la verdad es que te conozco de vista desde hace mucho tiempo, pero me gustas más cuando te sueño. Entonces hago de ti lo que quiero. No como ahora que, como tú ves, no hemos podido hacer nada.

Ya casi era de día. Olía a día, aunque la tierra, las puertas y las casas seguían a oscuras...